lunes, 18 de abril de 2011

Sudcalifornia y el Día Internacional del Libro


Por José Luis Vázquez Ceja



El gobernador Marcos Covarrubias en su discurso de toma de posesión, mencionó al menos en dos ocasiones al Humanismo como un signo distintivo de su gobierno, pero no mencionó a la cultura, quizá por considerar que ésta está implícita en el primero. En hora buena, sería el primer gobierno del siglo XX y lo que va del XXI con un perfil humanista, quizá el de Francisco J. Mújica, por las grandes aportaciones que hizo al desarrollo cultural y artístico, educativo y social para el entonces territorio de Baja  California.

Pero ¿qué es el Humanismo? Recordemos que después de casi doce siglos de obscurantismo durante la Edad Media, cuando se quemaba a las mujeres que eran acusadas de brujas, surge en el siglo XV una doctrina llamada Humanismo que encabezaron los Renacentistas, quienes se dedicaron a rescatar y renovar la literatura, las artes y las incipientes actividades científicas, todo bajo el cobijo o  influencia de la Cultura Clásica (griega y romana), que como el Ave Fénix resurge y se queda para sacar a la Europa del obscurantismo. Un arma poderosísima que aprovecharon los humanistas del Renacimiento fue la recién aparecida imprenta, en esta reprodujeron todos los libros posibles, los cuales, como los bienes culturales más significativos y representativos del humanismo o de la Humanidad misma, hicieron y han hecho posible llegar hasta donde la propia Humanidad se ha propuesto. Son tan importantes para los humanistas que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) declaró al 23 de abril como el Día Internacional del Libro.  Veamos un poco de esta historia.

San Jorge y la fiesta del libro
Todo viene de un santo llamado San Jorge, un mártir auxiliar, decapitado hace 1700 años. Originario de Capadocia (Turquía),  muy pronto se convirtió al cristianismo. Todavía muy joven se enroló en el ejército del emperador romano Diocleciano y,  es cuando empieza cubrirse de una aureola de mitos y leyendas antes de ser decapitado en Lydda-Diospolis, en el actual Israel. Desde entonces es uno de los santos más venerado  tanto en Oriente como en Occidente. Ricardo Corazón de León, por ejemplo, nombró a san Jorge su personal patrón protector, y después desde el sínodo de Oxford de 1222, Jorge el patrón de Inglaterra, en su honor existen más de 150 iglesias. Esta fama y veneración continúo extendiéndose por toda Europa hasta arraigarse en ciudades como Cataluña, donde cada  23 de abril desde la época medieval los hombres regalan rosas a la mujer amada, y desde 1925 para las mujeres dar un libro a cambio., al año siguiente este noble intercambio fue   retomado por el monarca Alfonso XIII y decreta el 23 de abril como la Fiesta del Libro Español.

De la tradición al mundo de todos
Designar el 23 de abril, día de San Jorge, como el Día Internacional del Libro, viene también de la coincidencia del fallecimiento de Miguel Cervantes de Saavedra, William Shakespaere y el Inca Garcilaso de la Vega en la misma fecha  del año de 1616. La idea que arrancó en Cataluña,  que el  tiempo ha convertido esa fecha en una de las tradiciones más populares y entrañables entre las parejas de amantes para intercambiar  rosas por libros y éstas han encontrado en las populares ramplas de la  ciudad de Barcelona uno de los lugares más ideales para seguir manteniendo y fortaleciendo esta noble tradición.

La propuesta de declarar el 23 de abril como el Día Internacional del Libro  fue presentada por la Unión Internacional de Editores a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), con el objetivo de fomentar la cultura, la lectura y la protección de la propiedad intelectual por medio del derecho de autor. El 15 de noviembre de 1995 la Conferencia general de la UNESCO aprobó la propuesta  en París, a partir de lo cual  el 23 de abril es declarado Día Internacional del Libro y del Derecho de Autor. Por lo que a partir de entonces en la mayoría de los países  más que celebraciones y honras fúnebres a San Jorge, Cervantes, Shakespeare y Garcilaso, el día 23 de abril se ha convertido en la fiesta del espíritu, de la recreación, de la memoria, el amor, la libertad y de  la conciencia y  de la vida misma.

Hasta cuando empezamos a leer los mexicanos
Después de descubierta América y muertos los monarcas Isabel y Fernando, el emperador Carlos V,  aún cuando ya existían la Real y Pontificia Universidad de México y el taller tipográfico (imprenta) Juan Pablos,  prohibió enviar a América libros de caballería como Esplandían, Palmerín de Oliva y, la más famosa de todas, el Amadis de Gaula, de Garci Ordoñez de Montalvo y,  sólo permitió la entrada de textos que trataran temas relativos a la religión cristiana. Años después, vendría la instalación del Tribunal del Santo Oficio novohispano, dependiente del Consejo de la Suprema y General Inquisición de Madrid, que actúo durante dos siglos y medio hasta que México logró su Independencia en 1821.Durante todo este tiempo, la Inquisición utilizó dos vías para controlar y/o prohibir la circulación y lectura de escritos (libros): La promulgación de edictos y la persecución de los infractores. Las penas también eran dos: pecuniarias hasta 500 ducados y la excomunión. Libros como Los peligros de la Ilustración o El contrato Social, de Rousseau; Ideas revolucionarias, de Raynal, o los mismo de San Agustín,  Tomas Moro,  Erasmo de Rotterdam o Xavier Millot, ni soñar que fueran permitidos. Recordar como  Hidalgo y  Morelos, antes de su muerte,  fueron acusados de roussonianos por el Santo Oficio. 

Pese a que la prohibición de los libros y su lectura fue el principal objetivo del Santo Oficio sobre todo a partir del siglo XVIII, sin embargo los fieles no respondieron siempre en el mismo sentido sino al contario. Claro, muchos de ellos, escondidos en los propios muros de los conventos o bajo la protección del poder virreinal o  de una orden religiosa, como fueron Sor Juana Inés de la Cruz, Carlos Sigüenza y Góngora, Juan Ruíz de Alarcón y, algunos jesuitas, como Francisco Javier Clavijero, que nos dejaron todos ellos libros excepcionalmente valiosos.  Obviamente, la mayoría de la población, particularmente, la de los pueblos originales se encontraba totalmente fuera de las letras y  la literatura.

Independencia de México y Revolución Mexicana
Vendría la Independencia de México y con ella,  el surgimiento de una pléyade pensadores y escritores y pensadores como José Joaquín Fernández de Lizardi, Francisco Primo de Verdad y Ramos, Francisco Zarco, Manuel Acuña, Ignacio Manuel Altamirano y Vicente Riva Palacio, entre otros. Pero, sería hasta después de la Revolución de Mexicana,  específicamente  con José Vasconcelos, primero como rector de la Universidad Nacional y después como secretario de Educación Pública, cuando se inicia una campaña sistemática nacional contra la ignorancia y el analfabetismo. Para lo cual, convocó a “crear un ejercito de educadores que sustituyan al ejercito de destructores”,  llevando como armas el saber, editando y distribuyendo a todo mundo libros, como los clásicos las obras más notables de la humanidad;  creando y abriendo bibliotecas públicas, internados y desayunos escolares, entre otras muchas acciones para la construcción de una sociedad fundada en al educación, el conocimiento, la cultura y la justicia.      
    
Los adelantados al 23 de abril
Como siempre nuestra UNAM arrancó el Día Internacional del Libro con un programa que bautizó como la Fiesta del Libro y la Rosa 2011, en remembranza, seguramente, a la gran tradición de Cataluña de intercambiar  y regalar rosas y libros entre parejas y personas queridas. La fiesta empezó con un concierto de la Filarmónica de la UNAM en la añorada y bien paseada  explanada e islas de la Ciudad Universitaria, con una asistencia estimada de 10 mil, entre estudiantes, profesores y público en general; después en la explanada del MUAC del Centro Cultural Universitario, con una larga  jornada de presentaciones de libros con sus autores presentes, como Elenita Poniatowska, Mónica Lavín, José Emilio Pacheco, entre otros distinguidos universitarios. La fiesta será clausurada también con música, a cargo de la danzonera de Yucatán, la tradición del danzón junto a la tradición de la lectura, que mejor regalo para la semana santa.

El Instituto Nacional de Bellas Artes, también bajo las clásicas y bellas arcas de su entrada principal y su explanada, esta celebrado el Día Internacional del Libro con obras de teatro, talleres de narración oral y escritura narrativa de cuentos,  entre otras actividades. Mientras que el Consejo para la Cultura y las Artes, como parte de estos festejos, reeditará cinco libros  de la colección “Sergio Pitol, Traductor”, y, con moderadores y lectores del Programa Nacional Salas de Lectura de CONACULTA, se unirán en plazas públicas, jardines y parques del país para leer en voz alta cuentos y pasajes de la obra de Sergio Pitol. En tanto que la Secretaría de Cultura del Distrito Federal, echa la casa por la ventana, rematando más de 250 sellos editoriales con miles de libros a precios que van desde cinco pesos hasta descuentos del 70%, todo ello, en el enorme espacio del Auditorio Nacional, con lectores de cuentos en voz alta y recitales de poesía.

El Día del Libro en nuestras vecinas, las dos Californias
En los Ángeles, California, Estados Unidos, en la Primera Feria del Libro en Español, se rendirá homenaje a tres grandes de las letras mexicanas: Juan José Ruffo, Agustín Yáñez y Juan José Arreola. En el evento además de la UNAM y la Universidad de Guadalajara, estarán presentando sus libros o dando conferencias, escritores Francisco Martín Moreno, Isabel Allende, Laura Restrepo y Elenita Potiatoswka, entre otros. Mientras que en Baja California, nuestra vecina inmediata, se esta sumando al Día Internacional del Libro con la apertura de la Feria del Libro, que año con año organiza para el disfrute y placer tanto de la población local como de los Estados Unidos, en la que también se exponen y se ponen a la venta publicaciones en inglés.

Y ¿La participación de Baja California Sur? 
Hasta hoy lunes 18 de abril, nada. Andamos dando banderazos  a carreras de carros y perros. La organización de algún evento por el Día Internacional del Libro o  feria de libros, nada. Al menos no aparece anuncio alguno en las agendas culturales ni del Instituto Sudcaliforniano de Cultura, ni en las direcciones de cultura municipales, ni las dependencias correspondientes de la SEP ni en las de la UABCS. Quejarse de falta de infraestructura y personal no es excusa, todas cuentas con áreas de fomento a la cultura y,  por obvias razones, al fomento de la lectura y la disposición de los libros, incluso,  algunos se jactan de ser los nuevos misioneros..” tal y como ocurrió en el año de 1697 “, cuando llegaron los jesuitas. 

Posiblemente, la excusa mayor sea la salida de vacaciones de los 6 mil 100 burócratas, sin contar en esta suma a los empleados de confianza y eventuales.  O sea, todo un mundo de servidores públicos. Además, en estos días priva otra circunstancia,  seguramente, los servidores públicos que entran y salen de sus puestos,  en los gobiernos estatal y municipales, están más preocupados en asuntos inmediatos y urgentes que en estar pensando en ferias de libros o en el Día Internacional del Libro. Pero, veamos un dato que ilustra la falta de políticas o interés de nuestras instituciones responsables, tanto públicas como privadas, de fomentar y difundir la cultura, y, por obvias razones,  los libros y la lectura. En el ejercicio presupuestal de la UABCS de 2009, mientras las rectoría ejerció recursos por un monto de 11.5 millones de pesos, la Librería Universitaria, solo ejerció 29 mil pesos. Increíble, ni para un programa de reseñas de libros. Otro dato que ilustra estas desproporciones, mientras el suelo anual del rector  asciende a la nada despreciable suma de 606 mil 500 pesos y 40 centavos, la Librería Universitaria se encuentra en la más nada  la paupérrima situación pecuniaria para la difusión de sus libros.

Conclusión
Mientras sigamos sin políticas y programas culturales integrales y participativas, sin los apoyos presupuestales indispensables, sin el personal profesionalizado requerido, según el perfil de cada uno de los puestos  y,  sin el reconocimiento del valor que tiene la cultura no sólo para el estado sino para su propio desarrollo, seguiremos padeciendo  la ausencia del verdadero perfil humanista tal cual lo anunció el gobernador Marcos Covarrubias en su discurso de toma de posesión. Voluntad y políticas para crear y mantener ámbitos culturales y artísticos permanentes, son fundamentales,   donde nuestros jóvenes y población en general no sólo se identifiquen sino que haya lugar para el encuentro, el disfrute y la recreación de un modo inteligente. Imposible crear y mantener estos ámbitos culturales y artísticos, como una estrategia o política para menguar la delincuencia u otras desviaciones sociales, cuando en el pasado reciente se apoyó más el establecimiento de antros  y  otorgamiento de licencias para la venta de alcoholes. 

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